Papá: ¡Tú también fumas!

Es un hecho, los chilenos nos destacamos no sólo por nuestra diversidad de paisajes y vinos, sino, también, por ser una de las naciones latinoamericanas con mayor índice de fumadores adolescentes, según EducarChile. Los jóvenes, sin importar su condición social, no escapan de esta tendencia. Si tú eres uno de ellos y lo haces a escondidas de tus progenitores, hay ciertas cosas en las que tienes que poner atención.

El asunto es baste simple: no quieres que tus padres se enteren. Sabes que tus viejos van formar todo un alboroto por eso –aunque consideres un poco barsa que se opongan, pues ellos también lo hacen- pero, antes de bombardearlos de críticas por sus propios actos es mejor tratar de pasar piola para evitarse problemas. Una de las cosas más obvias es no dejar los puchos en lugares muy visibles, pues sería auto delatarse; tener un chicle a mano para que atenúe el olor a nicotina y en especial, no contarle a ningún familiar cahuínero que pudiera “echarte al agua”.

La idea es que no te vuelvas un vicioso, pues esto no sólo daña tu bolsillo, sino que también, tus pulmones; tampoco que termines con alguna enfermedad respiratoria. Generalmente, la gente joven lo hace por moda, pero ahí es cuando tienes que tomarte el asunto con tranquilidad.

¡Atina con tus viejos!, para que los cigarrillos no sean la causa por la que no puedas carretear el fin de semana.